Un ‘Nadie Sabe Nada’ que empieza con el ronroneo de Andreu Buenafuente, Berto Romero y las personas cárnicas de cuerpo presente en el estudio Toresky de La SER en Barcelona solo puede acabar con una situación surrealista: la escenificación del disimulo por el rey de esta práctica: Sterling. Mientras, Joaquín, tiene que soportar ser ignorado.

Hay más cosas pero es mejor escucharlo o verlo. Las dos cosas son compatibles.

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